EYACULACIÓN
Condiciones que se vivencian como problemáticas
Insatisfacción con los tiempos eyaculatorios
Respecto de la llamada eyaculación precoz o rápida, las variables que intervienen suelen ser varias. La longitud de la fase de meseta (el momento donde se logra una erección lo suficientemente rígida y estable al sentirse excitade) suele ser corta, o sea que cuando el pene alcanza una rigidez que permita una penetración, por ejemplo, llega rápidamente la fase orgásmica, con el advenimiento irrefrenable del punto de inevitabilidad eyaculatoria.
En general hay tres factores determinantes de esta cuestión "irrefrenable".
Hiperreactividad sensorial. Un factor muy influyente es el de la respuesta intensa a los particulares estímulos sensoriales de la penetración (y sexo oral). La generalidad (y sólo la generalidad) refiere que la inminencia eyaculatoria se da ante la penetración[*] (y muchas veces el sexo oral). Y esto es porque durante estas prácticas se estimula al pene recubriendo el glande por completo (la masturbación suele ser tubular, la frotación no lo hace, etc.) y con mucosas; que son cálidas, texturadas, suaves y húmedas (no siendo así otros elementos, y otras partes del cuerpo, como la mano, cuyos tejidos no son mucosos sino epidérmicos, más fríos, secos y rugosos). Ante estos estímulos, hay una intensa respuesta del sistema genital, que activa un área del sistema nervioso y así la fase orgásmico/eyaculatoria.
Ausencia de registro propioceptivo. Otra variable es la ausencia de registro de las sensaciones previas al punto de inevitabilidad eyaculatoria (o punto de no retorno), sobre todo las que no incluyen a los genitales. Son pocas las personas que refieren sentir algo más allá de un “cosquilleo” en la zona del glande. No hay percepción de rubicundez, de tensión muscular, agitación respiratoria, taquicardia, ni ninguna otra pauta corporal no genital, esperable durante la fase (pre)orgásmica. La sensación referida es la que se percibe en el momento reflejo del punto de no retorno.
Ansiedad. Es la condición más significativa para que se dificulte el registro eyaculatorio, sobre todo la ansiedad de actuación o de desempeño. Esta ansiedad especial es la que nos dispara la respuesta de alerta a causa del miedo a no funcionar adecuadamente ante una situación de evaluación. Situaciones de evaluación [con entes evaluadores], como un examen y docente que nos examina, una entrevista laboral y potencial empleador que nos interroga, o bien un encuentro sexual con une partenaire que puede resultar “satisfeche o insatisfeche” con nuestra performance. Claramente la ansiedad de desempeño será más intensa cuanto más nos interese salir “airoses” de esa situación, cuanto más importante sea el “ente evaluador”; por eso, el mayor interés sexual o la mayor necesidad de amor por nuestre partenaire generará mayor posibilidad de aparición de la respuesta de peligro. Ahora bien, si interpretamos como esperable dicha ansiedad, si aprendemos a relajarnos en estas situaciones de temor, si nos damos nuestro tiempo de recuperación física a la respuesta del sistema nervioso simpático, nuestra función será más placentera, si nos disponemos a disfrutar (y no a cumplir pautas).
[*] En general hay más prevalencia de urgencia eyaculatoria en penetración vaginal que anal no sólo por las características del tejido vaginal, sino, y sobre todo, por las exigencias típicas de la heteronorma coitocentrista en la que la aspiración primera y máxima del varón es alcanzar el coito pene vagina; lo cual le genera un alto nivel de ansiedad.